Wagner Abril Freire
¿Qué diablos nos pasa…?
Es pregunta directa para la sociedad mundial de la reconocida periodista Naomi Klein, por estar fallando en los trabajos para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, como una de las causas del calentamiento global que pone en riesgo a la humanidad. Escritora galardonada por varias obras que evidenciaron su enorme capacidad investigadora en favor de grandes causas: La Doctrina del Shock, No Logo: el Poder de las Marcas, y ESTO LO CAMBIA TODO son algunas que confirman su prestigio mundial.
La última fue publicada en 2014. Presenta ejemplos múltiples de firmas que dañan la naturaleza: personajes del mundo empresarial que mienten al ofrecer inversiones “verdes” en grandes proyectos, importantes ONGs que activan foros para combatir los pronunciamientos de acreditados científicos. Con justificado tono burlón se refiere a figuras “negacionistas” que exhiben risibles “cálculos de servilletas de bar” y quieren ser más listos que el 97% de expertos en climatología de todo el mundo (pág.52).
Un decidido grupo de habitantes del Chocó Andino, reunido en propios y lindos escenarios de sus bosques, entre mariposas y multicolores aves que vuelan entre frondosos árboles, mostraron su frontal oposición el miércoles 16 de enero a grandes proyectos mineros que el gobierno quiere desarrollar en la zona. El agua peligra y la biodiversidad de la región (una de las mayores del planeta) será afectada, dijeron. Pancartas, letreros con leyendas de firmes reclamos, jóvenes golpeando vigorosamente tambores y proclamas con voces altas y claras pidieron a los Jueces de la Corte Constitucional que otorgue su aval para efectuar una consulta popular que recoja los pronunciamientos de pobladores, comunidades, dirigentes de ONGs y autoridades de la zona.
A solo una hora de la ciudad que cumplió 40 años como Patrimonio Cultural de la Humanidad, Quito, existe un verde territorio de 275 mil hectáreas, semejante al bíblico paraíso, en el cual viven alrededor de 125 mil personas agrupadas en setenta pequeñas comunidades. Las voces ciudadanas, de pueblos campesinos y vocación agrícola, emprendedores del auténtico turismo comunitario quieren proclamar sus derechos escritos en la Constitución del Ecuador, refrendados históricamente por sus ancestros que habitaron miles de años antes y actualizados con el trabajo diario de hombres, mujeres y juventud que desarrollan faenas cotidianas para conservar toda la esplendente naturaleza que -saben con absoluta certeza- es el sustento de sus vidas y también de la humanidad.
Doce concesiones de minería metálica y otras seis que se tramitan en la burocracia gubernamental son grave peligro para la Zona de Reserva de Biosfera del Chocó Andino, que cubre una porción elevada de toda la biodiversidad de la Provincia de Pichincha. La región corre por las estribaciones occidentales de la cordillera andina con elevaciones de 500 mts a 4.700 msnm, que le permiten tener microclimas con variados sistemas ecológicos para una rica y múltiple producción agrícola.
La certificación internacional (2018-UNESCO) como Zona de Reserva de Biosfera se fortalece permanentemente. Un estudio reciente de expertos de Alemania, Reino Unido y la vecina Colombia, determinó que esta bendecida y única región actúa como un gigantesco invernadero que favorece la diversificación de las plantas vasculares.
Según el informe, el sistema montañoso de los Andes en sus casi 7.000 kilómetros de longitud mantiene una privilegiada ubicación geográfica que permite recibir positiva influencia del Caribe, la Amazonía y el Ártico. Las 28.691 especies de plantas vasculares que existen en la zona forman parte de una inmensa biodiversidad sin atención suficiente para la realización de estudios genómicos. Un 21% de plantas corresponden a familias de orquídeas, de las cuales alrededor de 17% tiene registros claros de su ADN vegetal. Esta despreocupación generalizada en países andinos impide tener un inventario de las especies propias de la región, afirman biólogos conocedores del tema.
Las explotaciones industriales de riquezas mineras en Ecuador, igual que las del petróleo en el oriente, presenta la disyuntiva: dinero para gastar en obras del ahora, con riesgo de dañar la biodiversidad vs preservación de la naturaleza conservando los vitales recursos que son parte del patrimonio natural, formado en millones de años. Este complejo problema plantea el análisis de tesis que han enunciado varios científicos del clima y economistas: eco-economía y decrecimiento económico global. Estas serían el camino de salvación para la humanidad. Ecuador ya sabe que todos estos son “caramelos con veneno”, como bien señaló Milagros Aguirre, distinguida defensora del ambiente y pueblos indígenas (11.2019. El Comercio)
LA MINERÍA MATA. No hay tecnología que lo evite, dice la portada de interesante folleto explicativo de riesgos y problemas que entraña la minería, difundido por organizaciones ecologistas. “No hay minería LIMPIA, sin impactos sociales y ambientales” dice otra frase.
Mientras la vida de la humanidad se debate entre políticos, empresas y medios de comunicación del Ecuador y del mundo, el Chocó Andino espera con serenidad y cariño al visitante que anhela espacios de vida sana. Aquí no hay ECOCIDIO.
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