Fauna
Mariposa
BELLA Y ÚNICA
Morpho Azul
Los azules tornasolados de sus potentes alas despiertan una atracción irresistible, y no puede ser de otra manera, cuando vemos volar parsimoniosa a una Morpho Azul, que los especialistas internacionales consideran la gigante del planeta y entre las diez más bellas de su especie.
Las enormes y deslumbrantes alas, de azul reflectantes, llegan a medir hasta ocho pulgadas y, producen tal fascinación que muchas culturas ancestrales le asocian como irradiadora de suerte, generadora de amor, libertad o símbolo del alma.
En el rango de las más bellas del planeta nuestra mariposa comparte con Monarca, la eterna migrante centroamericana inspiradora de cuentos y leyendas o la Pavo real, igual de atractiva que la Cebra, Isabelina, La quimera con alas de pájaro o la Gloria de Bután.
De manera que no sorprenden las expresiones de admiración y fascinación de los turistas cuando, al caminar entre los intrincados senderos del selvático Chocó Andino, o la reserva de “el encanto”, descubren el vaivén alegre de esta llamativa polinizadora de alas gigantes y azul brillante.
Debemos aclarar que ese azul brillante, en realidad, no es azul como tal; porque, según los especialistas, “es el producto del reflejo de la luz en las escamas microscópicas de sus alas”. Y debe ser así; porque, el momento que dejan de recibir los rayos solares cambian a un café oscuro.
En fin, es otra de las atracciones irresistibles que nos brindan los abigarrados bosques subtropicales del Chocó, a propios y extraños, despertando igual seducción entre mexicanos, centroamericanos o paraguayos, donde también vuela este hermoso insecto de la familia Nymphalidae.
Equipo de
Chocó Andino
Mariposa
MILENARIA
Heliconius Herato
Esta mariposa negra con bandas rojas verticales, de la familia Nymphalidae, tiene sus orígenes hace dos millones 800 mil años, en el Oeste de América del Sur.
Un estudio de datos sobre los poliformismos y el ADN mitocondrial determinaron la milenaria presencia, en el planeta, de estas singulares polillas que se pueden observar, fácilmente, entre las exóticas flores de jardines con plantas nativas, en la reserva de “el encanto”, en el Chocó Andino.
Es una de las pocas mariposas - según Wikipedia – que recogen y digieren el polen, gracias a lo cual gozan de una longevidad de varios meses.
Los adultos tienen una elevada orientación espacial con relación a las plantas hospederas, para depositar sus huevos y una acentuada capacidad de inspeccionar su calidad. Vuelan alrededor de un limitado campo de acción regresando al mismo lugar, cada noche, formando grupos.
Las franjas verticales, rojo carmesí, contrastan con el negro intenso de sus alas, y ese binario alado, irremediablemente, roba la mirada y emociona a quienes ven revolotear juguetonas entre las multicolores flores y el verde manto del bosque.
Equipo de
Chocó Andino
Mamífero
Oso hormiguero en "el encanto"
Este atractivo mamífero, en peligro de extinción, se logró filmar en los bosques de la reserva privada “el encanto”, en el Cantón San Miguel de los Bancos, a cien kilómetros de Quito, en un rincón turístico del Chocó Andino.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza -UICN – denunció que, en los últimos diez años, se perdió el 30 por ciento de la población de estos insectívoros, en América Latina, debido al incremento de cultivos agrícolas extensivos, aumento de la frontera ganadera, industrias madereras, caza indiscriminada, entre otros.
En América Latina quedan pocos ejemplares de estos vermilinguos, también conocidos como osos mieleros, palmeros, yarumíes o tamandúos que habitan en bosques silvestres, donde encuentran hormigas, comejenes o termitas, sus potajes preferidos; aunque también comen frutas o, mejor, si descubren un panal de abejas.
Estos insectívoros, que carecen de dientes, llegan a medir hasta dos metros, desde el hocico largo y tubular, hasta la cola, y son capaces de succionar unas 30 mil hormigas cada día, gracias a su lengua espinosa y saliva pegajosa. Lo hacen cuidadosamente para mantener intactos los nidos y, de ese modo, garantizan la reproducción de su alimento.
Son animales solitarios con una perspectiva promedio de vida de 14 años, que se reúnen en pareja durante la época de celo y procrean un solo cachorro. La gestación lleva unos seis o siete meses. La cría, tan pronto nace, sube al lomo de su madre donde vive un año, tras lo cual emprende su vida independiente.
En contraste con los osos hormigueros gigantes, existen en Latinoamérica y también en nuestra selva amazónica, una variedad de ositos pigmeos, tan pequeños como las ardillas, con un tamaño de veinte centímetros que, lamentablemente, se encuentran en peligro de desaparecer debido a la transformación de los eco sistemas.
Los principales depredadores de estos graciosos animales, de color marrón con chalecos negros, son los pumas y jaguares de los que se defiende con sus largas y potentes garras; pero, está prácticamente indefenso, ante el hombre, su mayor enemigo
Equipo de
Chocó Andino
Guatuso
Mamífero
La carne de este mamífero es muy apetecida, especialmente en las comunidades ancestrales, que gustan preparar ricos asados o frituras acompañados de yucas cocidas y plátanos aderezados con finas hierbas silvestres.
La cacería indiscriminada, el tráfico y contrabando de este mamífero pusieron en alerta a los conservacionistas sobre peligro de extinción en zonas de la costa selvática ecuatoriana, cercanas a centros poblados, donde suelen vivir estos roedores de piel gruesa y brillante, con tonos marrones y rojizos.
Los guatusos, llamados también Cuyago, Cuy de Monte o Guatín, viven unos 14 años promedio, cohabitan en parejas estables que dan una nueva camada, de uno o dos crías, cada tres meses, factor que contribuye a su supervivencia como especie.
Estos animales, relativamente pequeños, semejantes a un venado en miniatura o ligeramente más grandes que un conejo, enfrentan a los depredadores selváticos emitiendo gruñidos profundos, pateando el suelo fuertemente y erizando los pelos de la nuca para parecer de tamaño mayor. La hembra emite ligeros silbidos de alerta llamando a sus críos que solo dejarán el hogar cuando haya nacido una nueva camada.
Los guatusos poseen oídos hipersensibles, armas de alerta para detectar sonidos imperceptibles en medio de la ruidosa jungla y, en caso de apresurada huida, un par de largas patas traseras para poderosos brincos, a manera de felinos, que también garantizan su supervivencia.
Frutos, semillas, flores, hojas, insectos recogen con sus cortas patas delanteras para llevarse a la boca, sentándose sobre las patas traseras en tanto se alimenta. Los poderosos afilados dientes le facilitan abrir nueces de extrema dureza, como las cáscaras de la chonta.
El guatuso de la costa, que difiere en tamaño, color y formas de hábitat con el amazónico, todavía se le puede encontrar en bosques primarios o secundarios cercanos a los centros urbanos, en el Chocó Andino o en reservas privadas, como en “el encanto,” donde se filmó al ejemplar que hoy presentamos.
Equipo de
Chocó Andino
Insecto
Stagmantis Carolina
El registro de Wikipedia Texas A&M University deberá, a partir de hoy, registrar a la Stagmantis Carolina, de la familia Mantidae, al enterarse que, esos bichitos verdes o marrones, también existen en el Ecuador y más precisamente, en el Chocó Andino.
Ese importante centro académico – de acuerdo con Wikipedia – consideraba su existencia en Belice, Costa Rica, Guyana Francesa, Guatemala, México, Nicaragua, Estados Unidos, Panamá, Trinidad Tobago, Venezuela y Colombia, pero no en Ecuador.
El canivalismo sexual de las hembras, devoradoras de los machos para aprovechar sus nutrientes, hacen que los machos pequeños, realicen ingeniosas estrategias para evitar ser devorados, como, por ejemplo, fingir estar muertos.
Las hembras, que miden de 47 a 60 milímetros; ni los machos, con un promedio de 54 milímetros, constituyen amenaza para los seres humanos, puesto que no son venenosos, tampoco pican.
Equipo de
Chocó Andino
Aves
Peteroglosssus torquatuos
Con esa denominación larga y un poco rara se le conoce, en el mundo científico, a este vistoso tucán, popularmente denominado arasari piquipálido, debido al amarillo casi transparente de su largo pico dentado.
Esta atractiva ave, que vuela en los bosques subtropicales húmedos del Chocó Andino, solamente se le puede encontrar en Colombia, Ecuador y Perú, y se puede disfrutar, grabar o fotografiar, muy de cerca, en el observatorio de la reserva “el encanto”, en su ambiente natural.
El Pili, también denominado de este modo, se mueve en pequeñas bandadas por el dorsal de árboles frutales, en vuelo silencioso; de uno en uno, cruzando claros de bosque o en línea recta, de árbol en árbol.
El pecho amarillo de franjas negras, lomo oscuro intenso y alas de igual color, contrastan radicalmente con el rojo diamante la cola y el entorno de los ojos, así como el largo dentado pico amarillo pálido que le facilita triturar frutos, pequeños reptiles, huevos de otras especies de aves o pequeños gorriones, su dieta alimenticia.
La deforestación constituye una amenaza para esta atractiva ave que, en pareja, incuba tres o cuatro huevos blancos, durante 16 días y anida en cavidades naturales al descubierto en lo alto de los árboles o en abandonados nidos de pájaros carpinteros.
A más de la pareja, otros adultos ayudan en la crianza del tucán andino que, al nacer son ciegos, carecen de plumas, tienen patas cortas provistas de almohadillas especiales en los talones, para protegerse de la rugosidad de los árboles.
Seis semanas después abandonan el nido y comienzan a tratar de valerse por sí mismos; sin embargo, pasarán varias semanas más, con la ayuda nutricional de varios adultos, para lograr su autonomía dentro de la las pequeñas bandadas que, en casos extremos, sumarán diez ejemplares.
Gregarios por excelencia y solidarios buscando alimento o seguridad para su supervivencia no solo vuelan en comunidad, aunque aparentemente solitarios, sino – según Wikipedia - pueden habitar más de 6 adultos y polluelos en una misma cavidad y duermen todos con las colas plegadas sobre el dorso.
Equipo de
Chocó Andino
Aves
Ramphastos brevis
El hermoso Tucán del Chocó es una especie de ave piciforme de la familia Ramphastidae que habita en los bosques húmedos de la región del Pacífico al sur oriente de Panamá, occidente de Colombia y noroccidente de Ecuador, en tierras bajas, hasta los 1000 msnm.
Mide de 46 a 48 cm de longitud y pesa entre 365 y 482 g. Su plumaje es predominantemente negro, con un babero blanco o a crema o amarillo y base de la cola blanca en la parte superior y roja en la inferior. La piel de alrededor del ojo es de amarilla verdosa a verde oliva; el iris verde con tinge amarillo a gris. El pico tiene una banda superior delantera crema a amarilla y otra negruzca inferior y en la base.
La hembra pone de 3 a 4 huevos blancos que son incubados por 16 días. Los polluelos permanecen con los padres entre 45 y 50 días.
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Chocó Andino
Aves
Cephalopterus penduliger
Conocido como pájaro paraguas longipéndulo en Ecuador, en Colombia de le llama paragüero del Pacífico, toropisco del Pacífico o también pájaro bolsón, pájaro toro, dungali o vaca de monte, se distribuye por la pendiente del Pacífico desde el suroccidente de Colombia (hacia el sur desde Valle del Cauca) hasta la provincia El Oro en Ecuador. Es considerada como una especie con un alto nivel de endemismo y restringida en la zona biogeográfica del Chocó.
El macho mide aproximadamente entre 40-42 cm, mientras que la hembra mide de 35,5 a 37 cm; esta especie es menor que sus congéneres con una cola corta; tanto macho como hembra poseen iris pardo oscuro.
Esta ave es muy rara y por ende se desconocen varios aspectos de su evolución y ecología.
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Chocó Andino
Aves
Rupicola peruvianus
Más conocido en Ecuador como Gallito de la peña, se le denomina también gallito de las rocas de los andes en Perú, gallito de las sierras en Venezuela, , gallito o gallo de roca andino en Colombia. Se distribuye por los contrafuertes andinos desde el oeste de Venezuela, pasando por Colombia, Ecuador y Perú hasta el centro oeste de Bolivia.
Presentan un marcado dimorfismo sexual. El macho posee un plumaje muy colorido, combinación de naranja y negro. Las hembras, en contraposición, poseen un plumaje de color austero y apagado, dominado por tonos en marrón. Se alimenta sobre todo de frutos diversos cuyas semillas digiere y dispersa siendo así un instrumento de la naturaleza en la preservación de su entorno ecológico.
Equipo de
Chocó Andino