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CHOCÓ ANDINO, ÚLTIMO REFUGIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Por Wagner Abril



Las fantasías se convierten en figuras que se mueven en verdes universos de bosques y flores que ofrecen los mágicos paisajes. Entre suaves aleteos de aves que cruzan los árboles, rumor de insectos que animan la espesura y sonidos de riachuelos que se deslizan suavemente, la plateada luz de luna -farola que completa la nocturna belleza- ilumina los múltiples senderos del terreno. Fue experiencia personal de las primeras vivencias en tierras chocoenses.


El aire puro y la tranquilidad de los momentos me brindaron íntimos momentos de paz espiritual necesarios en la vida. Disfruté de las muestras del amor divino con el que fue creado el paraíso terrenal. El entorno de San Miguel de los Bancos permite al visitante abandonar las urgentes y traumáticas presiones de la vida diaria y entrar en un mundo de verdadera paz interior. 


El territorio de Latitud 0°, el Chocó Andino de la provincia de Pichincha, Sexta Zona de Reserva de Biosfera del Ecuador Maravilloso, integra la lista de los 16 países con mayor biodiversidad del Planeta Tierra.

Esta privilegiada región, que recibió la bendición divina, con pueblos y personas que cuidan con especial celo su territorio El maravilloso caleidoscopio humano se manifiesta en múltiples identidades, unificadas precisamente por los contrastes de su naturaleza. El conjunto es parte sustantiva del patrimonio material e inmaterial del Ecuador, territorio con riqueza biológica única en el mundo. 


En 286 mil hectáreas se ubican florecientes poblaciones y parroquias, nueve bosques protectores, tres Áreas de Conservación y Uso Sustentable, y un Parque Nacional con la Reserva Geobotánica. Todos con alta concentración de flora y fauna. Es el más grande laboratorio natural para la investigación en varios campos científicos, como biogenética, con gran importancia para la adopción de políticas públicas que superen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para llegar al Buen Vivir. Así lo señalan numerosos estudios técnicos de calificados organismos de investigación en las ciencias de la tierra. 



En este contexto  vale señalar la obligación que tenemos de proteger  el singular país de los cuatro mundos llamado Ecuador, en la Mitad del Mundo, con una marcada geografía y grandes contrastes étnicos donde conviven poblaciones de múltiples nacionalidades y culturas. Sus primeros habitantes han dejado sus marcas en el devenir histórico, descubiertos por investigaciones arqueológicas. 

Ellos enfrentaron riesgos de erupciones volcánicas y otros fenómenos naturales que les permitieron ganar conocimientos para mejorar la organización social, obtener una mayor capacidad de adaptación al medio y crear modos y formas de trabajo con propias expresiones culturales, cuya herencia debemos también asimilarlas con el fin de salvaguardar nuestras raíces culturales.

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