Wagner Abril F.
Sorpresa para el Presidente Biden y países de la OTAN. La guerra con Rusia será ganada por… ¡la Pacha Mama, la Madre Tierra!
Entre sustos y miedo creciente, el Presidente del imperio capitalista, Joe Biden, amenazó a Vladimir Putin, de Rusia, con aplicar “costes severos” si autoriza la invasión al territorio de Ucrania. La confrontación en últimas semanas, con medidas que afectan la economía y finanzas rusas con respuestas que suspenden exportaciones de ciertas materias primas de Rusia a Europa y el mundo, provoca el aumento de precios de gas y petróleo, entorpeciendo el comercio internacional y alimentando el incremento de precios en productos y servicios globales. Tras la caída de negocios, economía, inversiones y comercio global por confinamiento obligado de la pandemia, las naciones empezaron a suspirar por la reactivación de todas las actividades productivas.
Nuevamente, Estados Unidos quiere forzar la imposición de su democracia consumista y depredadora de recursos naturales, siguiendo las políticas trazadas después de la II Guerra Mundial.
Repetitivos excesos de políticas económicas que buscan el puro crecimiento económico y materializa el neoliberalismo salvaje, han convertido a Estados Unidos y otros países seguidores en ejecutores de políticas que evidencian injusticia social, con cifras de pobreza y pobreza. Y está llevando al mundo a peligros apocalípticos.
Desesperado por exhibir un inexistente liderazgo, Biden presionó a países de la OTAN para adoptar medidas económicas-financieras contra Rusia. Varios pensadores, analistas en ámbitos de ciencias y economía, advirtieron el colapso de políticas basadas en desregulación de banca y finanzas. Proclamas sobre respeto sin par a las cuantiosas ganancias de empresas privadas, mientras las pérdidas deben ser cargadas al pueblo, están llegando a un triste final. El fundamento político que supone que el egoísmo individual dará paso al bienestar común (Adam Smith) desaparece con datos de OXFAM: 10 familias poseen un patrimonio igual al de 3.600 millones de personas (mitad de la población mundial).
Caída del Muro de Berlín (1989) y disolución de la Unión Soviética (1991) fueron cortinas para pensadores equivocados que anunciaron el “fin de la historia”, pregonando el triunfo eterno del capitalismo y de la Gran Sociedad de USA. En el presente siglo, absurdas visiones de presidentes Reagan y Bush (padre e hijo) derivaron en gastos monumentales que obligó a funcionar la máquina de imprimir dólares, elevando la deuda pública a niveles insostenibles.
La historia está demostrando con crueles episodios para los pueblos de varias naciones la imposibilidad del sistema capitalista. Cuantiosos gastos de injustificadas guerras para defender la supuesta democracia, como la invasión a Irak, que costó más de tres billones de dólares, 4.000 soldados muertos y más de 58 mil heridos; elevadas pérdidas de la Bolsa de Valores de años 1907 y 1929; “lunes negro” y destrucción de 747 sociedades de ahorro y crédito (1989); caída de ENRON en 2001 con afectación de 1.000 millones a Fondos de Pensiones y fracaso de las llamadas empresas Punto Com, llevándose más de 5 BILLONES DE COTIZACIÓN DE MERCADO; golpe mortal por caída de Lehman Brothers obligó al gobierno de Bush jr a un primer rescate de empresas bancarias y financieras con 700 mil millones de dólares (luego hubo necesidad de más) son muestras simples de que la “mano invisible” de Adam Smith no existe cuando debe funcionar el egoísmo individual para lograr el bienestar común.
Y ahora, ¿qué puede hacer Mr. Biden..?
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