Rodrigo Rangles Lara
El internacional Observatorio de la Salud y el Medio Ambiente reitera alertas sobre la acelerada e indetenible contaminación de los mares, con ocho millones de toneladas vertidas anualmente y con perspectivas de crecimiento.
De seguir esa suicida tendencia, los expertos sostienen que, en el 2025, los océanos tendrán una tonelada de plástico por cada tres de pescado y, en el 2050, habrá más plástico que peces; con la consecuente afectación alimentaria para la población mundial y daño a la salud del planeta y los seres humanos.
De acuerdo al Instituto DKV de la Vida Saludable, en colaboración con ECODES, el problema es mayor si conocemos que la demanda de los plásticos subió de dos millones de toneladas, en 1950, a 400 millones, en el 2018; y se prevé alcanzarán mil millones, en el 2050.
La organización ecológica internacional Greenpeace calcula que esos ocho millones de toneladas anuales representan 800 veces el peso de la francesa torre Eiffel o el de 14 mil 285 aviones Airbus A 380 y ocupan el equivalente de 34 veces la isla Manhattan, en Ney York.
Las corrientes marinas arrastran los desechos plásticos y forman islas de dimensiones enormes como el “Gran Parche de la Basura del Pacífico”, entre la costa de California y Hawái, que tiene más de un millón de kilómetros cuadrados, esto es, una superficie mayor a la de España, Francia y Alemania juntas.
Esos ocho millones de toneladas de desechos representan un camión, lleno de plástico, arrojado al mar cada minuto que, de continuar como ahora, asistiremos a dramas de exterminio de aves y fauna marina en perjuicio de nuestra propia existencia.
Es hora de que tomemos conciencia y cambiemos nuestro modo de vida, usando alternativas degradables y pensando que, daña al planeta, es caminar hacia nuestro propio suicidio